sábado, 5 de agosto de 2017

CRÍTICA DE BABY DRIVER

Ladrones de bancos; tiros; persecuciones a todo gas; clásicos del rock, del funky o del pop... Y sí, un reparto en estado de gracia. Eso es Babby Driver, el regreso a la dirección de Edgar Wright. Hay que seguir a este tío.

Así pues, con este calor asfixiante y en pleno verano, qué más se le puede pedir a una película que entretiene y te hace olvidar el infernal fuego que te atrapa entre el cielo plomizo y el agrietado asfalto.'Baby Driver' ofrece dos horas de puro espectáculo cinematográfico.

Edgar Wright escribe y dirige, con su sello propio, una película que refresca al género de ladrones de bancos, policíaco y de acción .  'Baby Driver', desde su nacimiento -con una huida antológica y un plano secuencia posterior más bárbaro si cabe, crece por sí sola y se erige como un tótem del género.

El guión, repleto de diálogos sólidos y escenas vertiginosas, desborda dinamismo hasta completar dos horas de metraje sin perder frescura. Mezcla acción, comedia negra e, incluso, ciertas gotas de drama, en un abrir y cerrar de ojos. Casi sin enterarte, como Baby al volante, te mueves de un lado a otro de la pantalla. Y utiliza algo tan trillado como la nostalgia por los clásicos del rock, del funky o del pop, de una forma muy sutil y a la vez tan evidente como un golpe en la cara, para agrandar más su estela de entretenimiento y espectáculo. 

Y ello porque esa banda sonora, que llena cada fotograma y se funde con las balas de los tiroteos o las ruedas quemadas en el asfalto, es gloria para los oídos. El oído y la vista convergen en uno solo gracias al pulso de Wright -la música es vital en su filmografía-, que sabe llevar en todo momento y por buen camino el ritmo de la película.

'Baby Driver' tiene la vitola suficiente para perdurar en el tiempo. Al menos entre aquellos a los que nos gustan este tipo de películas que te hacen olvidarte, por un momento, del día rutinario. De esas joyas que llegan sin hacer ruido, pero rompen por completo los esquemas.

Cine al servicio de la diversión. ¿Qué tiene fallos? Claro, como todo en esta vida. Pero son tan pequeños al lado de sus aciertos que no necesitan siquiera ser mencionados. 

Así que una recomendación, abrochaos los cinturones y a rodar por la carretera del espectáculo visual y auditivo que nos brindan Wright y los suyos.

Muy buena.

Resultat d'imatges de baby driver poster

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