Me formaron en el misterio en la Religión. : una zona inaccesible que rodea a Dios.
Hubo tiempos donde ese misterio sólo estaba reservado al sacerdote . La Misa se celebraba de espaldas al pueblo , y en la Consagración , sólo el sacerdote podía penetrar en ese arcano.
En el tito ortodoxo eso se lleva a lo más íntimo : entre cortinas y susurros.
Viví juramentos, vestiduras, ungüentos, imposiciones de manos .
Después franqueas el interior del arcano y te das cuenta de que ese espacio sagrado está lleno de golfos. Porque somos una Iglesia de pecadores. Otra cosa es que lo quieras reconocer. Porque "pecador" no es el que dice palabrotas, o el que mira con lujuria a una mujer, o el que habla mal de los demás.
Los pecados son otros. Y muy bestias.
Resulta que en la trasera de muchas instituciones santas hay muchas cuentas pendientes y asuntos de los que mejor no hablar. Lo mismo que en el Templo de Tebas había una pandilla de sacerdotes borrachos bebiéndose el vino y devorando los terneros del sacrificio.
Para esa Religión, y esos pobres fieles , Dios no sería nada sin el misterio.
Para esa Religión, y esos pobres fieles , Dios no sería nada sin el misterio.
También Drácula necesita la oscuridad para poder gobernar sobre algunas gargantas, pero el sol desintegra a los vampiros. Lo mismo le sucede con la luz a los servidores de todos los tabernáculos.
Cuando Manuela estaba enfermita un sacerdote , que nos queremos sin vernos, me envió una foto del Sagrario de su parroquia donde puso una cartela con los nombres de ella y mío. Me conmovió. Me conmueve. Porque desveló el misterio, abrió esa puerta maravillosa, nos puso en la frontera de la Fe, donde ya no se puede ir más allá. En ese lugar que hasta bien poco estaba prohibido a gente como nosotros.
Y estuvimos donde había que estar. En la Luz que desintegra a los vampiros.
¡Gracias, Fader!
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