Ven el partido en una televisión gigante. Muchos y muchas van uniformados de la Roja. Rezan con las manos juntas pidiendo a Dios que sea de España. Conmueve la devoción de esta gente .
No sé donde leí que se mide la audiencia de los partidos según el nivel de los depósitos de agua de las grandes ciudades en los descansos. La gente se va a cambiar el agua de las olivas y tiran todos a la vez de la cadena ,y entonces se sabe de verdad donde alcanza nuestro patriotismo.
De todas formas, hay aficionados que no se pierden ni los anuncios , y la vejiga de los hinchas españoles se convierte en un recipiente de uralita.
El fútbol es una pasión muy estúpida.
Veo a Vicente del Bosque declarando al final del partido. No tiene pinta de haber ganado un mundial y dos europeos. En realidad, estoy seguro, todo es puro azar: heredó unos jugadores en racha de un entrenador en racha , Luis Aragonés. Poco más tuvo que hacer.
- Hagan ustedes lo que saben hacer, y nada más. Yo me encargo de que se llevan bien.
Por fuera este hombre parece un español que lo mismo te lo encuentras de portero de una casa, de tendero de en una pescatería de Mercadona, o profe de Primaria en el CEIP Rigoberta Menchú, o esperando a los nietos en la parada del bus.
Escucho los comentarios de Camacho, el anti Del Bosque. Un tipo bruto, español hasta el rabo de la boina, de los de mis cojones, arriba arriba, venga a por ellos, la furia...
Nada en este deporte me llama la atención, salvo alguna jugada de Messi, retazos de Zidane, el Maradona que hizo magia...y para eso están los resúmenes de los partidos, y a por otra cosa, mariposa.
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