viernes, 1 de julio de 2016

SOLSTICIO DE VERANO

Son fiestas en Parquesol, un barrio de Valladolod .

Debajo de casa  un hombre canta pertrechado con una mesa de sonido , dos bafles, y un micrófono. Lleva una camisa blanca y un sombrero Sinatra. La verdad, si se gana así  la  vida, pues vale, pero hace cagar  a los tiburones.

La gente baila y  busca de esa pequeña inmortalidad que a nada compromete. Es  bonito  escuchar boleros cargados de promesas y quejas de amor. " Dicen que  la  distancia  es  el olvido"", cantaba el vocalista gangoso. Llevaba el bigote cortadito a escuadra , cosa fina  y le asomaba un peine en el bolsillo superior de la chaqueta blanca. . 

 El solsticio de verano a la gente  le entran ganas  de amar la fugacidad de la vida. La  vida  se escapa. No sé  cuántos de los que están bailando se apearán del Tíovivo durante este año . Son parejas  muy mayores algunas, y en silencio se arrullan  sintiendo los frutos dulces del azar. 

"Porque  yo  seguiré  siendo el cautivo, de los caprichos de  tu corazón"

 El verano tiene los ojos azules. Me  gustaría  bajar y bailar con alguien. No importa quien.


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