Hoy es el día en que puedes sacar el recogedor del armario del alma y recoger los desechos de la mortaja que envuelve tu vida como un sudario.
Escucha tu nombre y el grito del amigo que te dice "¡levántate y anda!". Y tomar un poco de impulso , agarrarte a la cornisa de tu lápida , saltar del sepulcro y comenzar a caminar sin volver la cara atrás.
Después podrás encontrarte a una Magdalena que al escuchar su nombre de tus labios enloquecerá por ti, porque no estás muerto. Incluso ir directamente a ese partido de fútbol que juega tu hijo que , al verte, se pondrá a chupar pelota pensando en ti, para que lo veas tú, que no has ido en tu vida a verle.
A Jesús cuando resucitó nadie le reconoció. Les costaba identificar al de cuerpo y alma. Y tú, resucitado, tendrás que hacer lo mismo : no te extrañes si no te reconocen cuando la familia te vea entrar de nuevo por la puerta, o los amigos reciban tu llamada de teléfono para dar una vuelta y tomar una copa
A partir de ese momento , ya verás: un tipo que viene del lado oscuro de su vida , tiene derecho a gozar de absoluta libertad.
Nadie puede regañar o reprobar en cara a un aparecido que ha sido juzgado en el otro mundo.
Pero no hay que fiarse , dicen que el perro no cambia de mañas , y el redivivo corre el peligro de volver a las andadas si le sobreviene una especie de síndrome de Estocolmo por esa gente con la que vivió en la etapa anterior de su vida .
Podría daros unos cuantos nombres de resucitados que han vuelto a sus hábitos de vida pasada...¡Dios, qué pena!
Con un poco de esfuerzo puedes resucitar, no es tan difícil , aunque no hayas muerto.
Salir del propio nicho no tiene por qué ser más difícil que subir al coche . Ahora bien, una vez que has conseguido quitarte la losa de encima , tendría cojones que quedases atrapado de nuevo.
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