Leer unos versículos del Evangelio en el silencio de la noche también es una forma de definirse . Sócrates, Dimas, y tantos nos enseñaron que una muerte bella honra toda una vida sucia. Un acto puro como es mirarse en la caligrafía de una poetisa podría airear toda la pestilencia que uno ha ido acumulando.
Hace tiempo que trato de salvarme individualmente siguiendo las normas de Jesús. Nada más liberador y fascinante que las Parábolas de la Misericordia. Tal vez sea ésta una estética ñoña y cursi , pero al menos me ahorrará caer en la vanidad. Atravesaré la hora crucial sumergido en el sueño. Podría suceder que los versículos de dracma pedido fermentaran en la oscuridad, de modo que mañana amaneciera tan limpio como un carbón azul tallado con un láser.
No hay que bajar la guardia. Debemos volver a la clandestinidad para luchar desde allí contra la suciedad propia y ajena que nos envuelve ejercitando pequeños actos felices. Uno es este de leer los Evangelios. Cada día son más los que intentan salvarse sumergiéndose dentro de sí mismos.
Existe ya un inmenso ejército de solitarios que ha abrazado el anonimato como método de supervivencia. No exige nada, no espera nada.Tratar de ser puro sin elevar la voz.
Somos . clandestinos que creen que sus actos algún día también fermentarán desde abajo hasta purificar a toda la sociedad. Trato de iniciarme en esta banda de exiliados, de los pobres del mundo, los que necesitan padres de hijos que se van muy lejos, o un pastor que vaya en su busca, un buen samaritano que le atienda .
Mañana el mundo, tal vez, será un poco más puro.
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