El mito del andrógino relata la historia del género humano a partir de un ser que es mujer y varón a la vez. El andrógino. Era un ser humano completo, autosuficiente, que se atreve a menospreciar a los dioses y que se siente superior a ellos. Ser varón y mujer a la vez significa poder crear vida a partir de uno , sin necesidad de nadie. Eso le hace superior a todos. Tener el poder de hacer vivir es tener todo el poder. Eso hizo a los andróginos soberbios.
Zeus castiga su engreimiento partiéndoles por la mitad. Sin embargo, toma la precaución de volver a cada parte hacia el lado del corte para que puedan sobrevivir, pues de otro modo morirían extraviados.
Así fue castigada la soberbia del hombre. Cada parte sabe no sólo que no es autosuficiente , sino que ni siquiera es un uno completo. Le falta la mitad de sí mismo para ser uno.
Zeus se apiada al vernos andando en el desvarío y envía un diosecillo : Eros.
Eros es la fuerza por la que cada parte busca su otra mitad. La que era suya desde el principio. La que le pertenece. La que sin ella estás incompleto. Y la busca de una manera tan
apasionada que cuando se produce ese encuentro sentimos fuego, locura, arrebato: ¡por fin nos reconocemos!
Emociona considerar que cada uno de nosotros somos una fracción quebrada de un ser humano. Un símbolo. Buscamos esa alma , que es amor. En Grecia llamaban "Símbolo" al trozo de una tablilla que unido a otro casan las dos piezas en sus junturas . Somos "símbolos" buscando la pieza que encaja con nuestra tablilla.
Visto así el amor, estaremos a medias hasta que encontremos ese corazón que completa el puzle.
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