lunes, 27 de febrero de 2017

OLVIDANDO

Me he  pasado un buen tiempo  intentando olvidar una mujer que amé  más de lo que  pude  imaginar. No puedo, así que  me iré con ella  en la mochila y daré una vuelta al mundo.

A veces  me miro en el espejo con la luz apagada. A pesar de la absoluta oscuridad, su imagen estaba dentro del espejo. Sabía que escuchando a Ray Charles,  se produciría en mi rostro una herida, otra herida más.

Oigo  el bullicio del   domingo por la tarde al otro lado de la ventana Enciendo  la luz; observo  mi   rostro en el espejo para analizar la cicatriz que me ha dejado ese amor. Si la herida es como otras veces- es la segunda vez que lloro un amor así- trataré  de limpiarme la sangre con un algodón empapado con mis lágrimas. 

Ahora estoy  a oscuras frente al espejo, con los ojos abiertos, pensando. Para celebrar algo y olvidar imagino unos versos que hablaban  del conde Arnaldos la mañana de san Juan . Frente a las tinieblas del espejo también descubro la mano de un niño que está pasando las páginas de un álbum de fotografía, donde se suceden imágenes remotas de un niño con sombrero y pluma  en el ala  saludando a un rey mago, un chaval haciendo gañotas a la cámara, un joven  bien guapo con la americana al hombro, de un tío  cantando con una guitarra , de un coche , un Morris verde. Reconocí aquellos objetos que me han acompañado a través del tiempo.

En el espejo ahora aparece Ray Charles  y  canta " Crying time" . Rompí a  llorar.  Sentí  algo en el rostro. Cuando encendí  la luz. descubrí  en la mejilla una herida sangrando en forma de labios.




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