lunes, 22 de mayo de 2017

AGRADECIDO

Me  escribe  un  lector  aconsejándome  no exponerme tanto en relación a Manuela. Piensa  que  debería pasar  página , y  tiene  la impresión  de  que  voy  por  la  vida  como  un viudo  desconsolado.

La verdad  es  que  no  creo  ser  un alma  en  pena. Una   persona que  no  termina  de  superar  la ausencia.  Desde  luego,  no es  esa  la  idea  que  tengo  de mi.

Hay  una  verdad  que  creo  firmemente   de  nuestra Fe, y  que  también  se encuentra  en otras  religiones: la  Comunión  de  los santos. Hay  una iglesia  militante, otra  purgante, y otra  triunfante. Es  experiencia  universal. El  famoso  hilo  rojo.

Tan  presente está  Manuela en  mi  vida  , en  otro estado,  que  la  siento  muy cerca. Muy, muy cerca.No se  me  olvida  su  frase en  la  plaza  de Arroyo  de  la  Encomienda, "¿qué  será de ti"?. Ella  me  cuida. La  primera  vez  que  la vi, en la terraza  de  la cafetería  Otelo, supe  instintivamente que algo  iba  a  pasar  en mi vida, y  para  siempre. No  tuve miedo, inquietud  alguna. Comenzamos a  hablar a  las  8  de la tarde  y terminamos  despidiéndonos  a  las  seis  dela  madrugada.

Ella  fue  una  bendición en  mi vida. Después  se  me  adelantó. Sólo eso. Y  ahora  anda  por  aquí  llevándome  de  la mano, porque  sabe  muy bien  que  soy  muy  frágil,  muy  inestable.  A  esa  mujer  siempre  le  he  dado  mucha  lástima  y  ya se  encargará  de  llevar  este  barco a buen  puerto.

Cada  noche  doy  gracias a  Dios  por  haber  compartido  este  maravilloso  trozo de mi vida con  ella. La  gratitud  es lo mejor  que  puedo  expresar porque  a  través  de   ella  fluye  en nosotros  la belleza  y el amor.

¿La  echo a  faltar?, a  veces. Pero  son más  las  ocasiones  que  la  siento  cerca  de  mi. También  me  sucede  con mi padre.  Desde  donde  están  ellos se  entiende  todo, se perdona todo, se  ama todo.

Su  muerte  pulverizó  todo  en mi.Todo  menos  el  corazón. Ese  corazón que  tú has  ido  modelando con  tus   manos, que  sosiegas  con tu  voz  desparecida, que  iluminas  con tu  risa  desaparecida.

Mientras, aquí abajo, seguiremos  andando la  vida  , y  ya  veremos  en  qué  termina  todo esto.Ella  lo hará  fácil:era  su  especialidad.


1 comentario:

  1. Como has dicho antes, cada uno tiene su propio camino.
    Siempre cito a Bernardo de Chartre: sicut nanos gigantum humeris insidentes.
    Los que nos han precedido nos levantan. Hay un relato que me gusta mucho de James Joyce: Los muertos, recogido en su libro Dublineses.

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