Sobreviene derepenete, depronoto un recuerdo de mi infancia: mi madre sacándome del bolsillo un pañuelo arrugado, escuchimizado y pringado , y me lo pone en la nariz:
- ¡Sopla fuerte!- me dice
Y con todas mis fuerzas , aspiro mirando al techo, echo un bufido nasal cerrando y apretando los ojos con violencia.
Y ella , simultáneamente, me dice "¡muy bien!" , sacude la nariz, me da un meneo, e introduce el pañuelo en el bolsillo.
Y ese recuerdo me hace feliz por un instante. Casi me hace bueno.
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