Voy mucho de visita a colegios por razones profesionales. ¡Nostalgias de mi pasado!
Llegan en rebaños niñ@s con sus madres,o no, pero todos con mochilas, y profesor@s .Cualquiera que todos los días espere en la puerta del colegio y vea entrar a esa gente termina haciendo una ficha de cada quisqui: el profe vago, que arrastra los pies y anda como quien va al patíbulo, mustio, lechuga, pepinillo.
O la profe pija, simpática, mona, rodeada de niños que se le acercan.
O ese otro que cambia de jersey, pantalón y camisa , con las estaciones.
O la doña con cara de Rotermeyer.
O el director engominado, con la barbilla porcima de la frente, que lleva de la mano a su hijo.
En fin, ¡la entrada de un colegio!
Las salidas son igualmente un desfile de modelos que, a nada que observes un día sí y otro también , podrías hacer un tratado de caracteología de la infancia, la adolescencia, las profes y profes.
En algunos sitios a eso se le llama "pasillo del cliente".
Básicamente consiste en observar en cualquier empresa , su personal, sus actuaciones, cuando nadie les ve: llamas por teléfono y tardan diez toques en cogerte, estás esperando en la sala de visitas una tutoría y pasa un profe y se tira un pedo, ves en la salida del colegio muchos profes que salen a galope, solos, sin que niño alguno se atreva a charlar con él, o al revés, gente que viste guarramente...
¡Se terminó la entrada!...¡y yo que quería escribir de otro asunto!
Bueno, piensa en tu pasillo del cliente particular, que también lo tienes: ¿cómo te ve la gente cuando no te sientes observado?
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