Uno observa qué sentido tiene la felicidad para estos corruptos que no se sacian con nada y no entiende. Conocí uno que presumía de amistad con la familia Pujol , de su condición de familia cristiana, modesta, ejemplar...¡buf!: ¡buen chasco!. Hizo de esa familia un Dios , y toma del frasco, Carrasco.
Han resultado de la raza de los porcinos. Una pena.
Para mi la felicidad comenzó la primera vez que monté en bicicleta de dos ruedas: ¡qué alegría emocionada, contenida!. La primera aventura : si no pedaleas , te caes.
Y mi padre, corriendo a mi lado , cogiendo el sillín, empuja y ríe, y palmea emocionado.
En ese primer viaje en bicicleta están contenidos todos los viajes de mi vida.
Con la bicicleta me liberé de mis padres, pude ir donde nadie me viera, descamisado corrí por las calles de mi infancia , escapé al río a bañarme, me abrasé al sol de Bielsa.
Con la bicicleta fui muy feliz, y nada más me importaba. Después , crecí, y marché muy lejos, a veces demasiado lejos. Llevé sentada en la barra a una mujer que reía mientras yo le olía el pelo.
Hice muchos viajes, di varias veces la vuelta al mundo, me di todas las usties y me llené las piernas de postillas y moraduras...
Pero jamás he sido tan feliz como en los días de la bicicleta,
A los Pujol se les olvidaron esos días.
Suerte de los recuerdos que te dan felicidad.
ResponderEliminarRecordar es volver a vivir. Quien pudiera retroceder y quedarse allí donde te querian de verdad!