Es una mujer soleada, muy alegre, socarrona. También fuerte. De las que en las caravanas del Oeste van disparando a los indios.
El otoño se está despidiendo con una paleta en el paisaje ma ra vi llo sa. Así, separadas las sílabas.
Leo " nunca se debería escribir ni una sola frase que no se pudiera susurrar al oído de un agonizante".
Pues bien, eso es exactamente lo que transmiten algunas obras que llamamos "de arte" . Hay canciones, poesías, esculturas, películas, que parecen hechas para moribundos. Incluso parecen inspiradas por moribundos: como si fuesen la última bocanada de un naúfrago.
Desde ese punto de vista, a riesgo de que se mal interprete, la llegada al mundo de un hij@ deficiente es un verso susurrado al oído de sus padres. No es fácil de entender , pero sé lo que escribo. Un hermosísimo verso.
De alguna manera, todos somos seres que agonizan.
Me contó una camarera búlgara que allí hay una vieja tradición a la hora de comer: poner en la mesa un plato de más para un visitante imprevisto.
Siempre deberíamos ir por la vida con un sitio de más en nuestro corazón para visitantes imprevistos, de esa manera , lo imprevisible no existe, porque está preparada tu mesa para cualquiera que pase por tu vida.
Nunca irás justo de comida, o siempre estarás dispuesto a compartir lo poco que tengas.
De alguna manera , todos somos seres que agonizan.
Al llegar a Sant Cugat me apetece tomar una copa. Voy a al Boca. Me encuentro desubicado. No hay nadie. Poco a poco van entrando grupos de amigos que vienen de cenar. Las chicas siguen yendon a los lavabos de dos en dos. Me gustaría saber bailar.
Regreso andando a las dos de la madrugada. Hace una noche muy agradable. La avenida está alfombrada de hojas caídas.
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