Son poquísimas las cosas que hacemos que valen la pena guardar. Pasa el tiempo, miramos hacia atrás, y nos damos cuenta que el 99,99 % de todo lo que hemos admirado, hecho, amado, es una mierda.
Ni más ni menos.
La mujer que nos hizo perder la cabeza, o el hombre, aquellas poesías, aquellos logros personales, la empresa que llevaste a cabo, las oposiciones que ganaste, el blog que escribes...
Tu futuro deja de existir el día que tu colección de cromos está repleta de "repes".
- Repe, repe, repe...- dices mientras otro niño te muestra uno tras otro los cromos de la colección de tu vida.
Cuando yo era un crío esas colecciones , recuerdo con cariño "Vida y Color" , de la Naturaleza, iba pasando con rapidez los cromos mientras otro niño repetía "tengui", "tengui", "tengui"...
Cuando repites mucho a tu gente "tengui", "tengui", "tengui"...¡malo!.
Cuando repites mucho a tu gente "tengui", "tengui", "tengui"...¡malo!.
No se me olvida la anécdota que la madre de un niño que se llamaba (se llama, supongo) Miguel Ángel, me contó divertida...
Dejó un momento en la bañera al niño y a su hermana de 5 años jugando. De repente la madre oyó a la niña gritar: «¡Mamá, mamá, ven...! ¡Qué asco!». La madre fue corriendo asustada y se encontró entre los juguetes que flotaban en el agua un «zurullo» enorme. Un cagarro. Entonces, la madre,en voz alta y enfadada, dijo: «¡Miguel Ángel...¿y esto?!». El niño cogió la mierda, la aplastó contra su cuerpo y respondió: «¡¡Mío!!».
Pues eso.
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