NO ERES LO QUE DICES. ERES LO QUE HACES.

Leo  una  frase  manida  que  a  primera  vista parece  sensata, pero si  le das  la  vuelta al dobladillo, notas la falta: " no eres lo que dices. Eres  lo que haces".

No. Hay  mucha gente  que  no  sabemos  las razones  de nuestros  actos. 

Personas  que  son castas  por  miedo, aprensión, asco. O que han  hecho de  la  necesidad  virtud....o gente  que   actúa  llevada  por  necesidades   terriblemente  anónimas. No  tenemos  ni  idea  de las  razones  por  las  que  actúan las  personas. 

Uno  mismo  no se  cosca  por qué  hizo eso  en tal cruce  de  caminos. Esa  es  la  razón  de  la necesidad  que  tenemos de  pedir  perdón  y perdonar.   Vistas  así  las  cosas, ¿ qué  importa  si soy  por  lo que hago  o  deje  de  hacer?.

Muchas veces me lamento  por lo que no tengo. 

Pero ahora lo que más falta me hace no es lo que deseo, sino lo que ya poseo: escuchar esta lluvia que es cosa fina, escribir, ordenar el apartamento donde vivo, y amar esta hora.

Muchas veces usamos  de una manera absurda lo que tenemos, la gente que nos acompaña, la vida que podemos disfrutar, y la peor de las privaciones consiste en ese mal uso.

¿Quién necesita más el pan que alimenta, el que tiene hambre o el que lo vomita?

¿Quién está más necesitado  de amor:  la chica que está esperando que aparezca su príncipe azul, o el vicioso que corrompe todo lo que toca?

¿Quién está más lejos del verdadero Dios: el ateo angustiado por el vacío de un cielo sin respuesta, o el beato que estruja la fe con su corazón como si fuera un amuleto  que besa histérico y atormentado?

Me quejo de mi pobreza, y no considero el uso que hago de mi riqueza.

La   frase   más  profunda  que  se  ha dicho  sobre nuestra  naturaleza  la  dijo colgado en la Cruz  un Hombre, mirando un grupo de  fanáticos   gritándole  e  insultándole: "perdónales,  porque no saben  lo  que  hacen". Y  esa  es  la  gran  verdad  : no sabemos  lo   que   hacemos. 

Ese   Hombre  no  inventó  el pecado  , como muchos  piensan: fue el perdón  lo que  instituyó. No  le  llames  "pecado" o " malo", o " grave". Da lo  mismo, son sólo palabras. Pero  sí que hacemos gilipolleces.  Precisamente  porque  no sabemos  lo que  hacemos.

No  sé  si  entiendes  esta  entrada: ¡ me  gustaría tanto  que descubrieras  esta  verdad!.

Porque  , si eres  incapaz de percibir ese brillo divino escondido en cada cosa, aunque lo poseas todo, no tendrás nada.