Vivimos de la simiente que otros sembraron en nosotros. "Salió el sembrador a sembrar..." , y no siempre el sembrador fue buena persona, ni la simiente era de calidad. Se habla de la tierra donde cae...¿y si el agricultor es un jornalero a sueldo que le importa todo nada?
Antes de que alcanzarás el uso de razón ya te inocularon todas las creencias fundamentales de las que no podrás desprenderte en tu vida.
Tu madre te dio de mamar y , simultáneamente , te cantaba al oído canciones de cuna que hablaban de ángeles, de que si no te duermes vendrá el coco, de dulces sueños.Esa voz, y esas caricias , y esas creencias, que son muchas, las recibiste en tu corazón de niño en una lengua que permanecerá dentro de ti para siempre.
Esa madre, y tu padre dejarán una huella indeleble en lo más profundo de ti .
Es el primer ingrediente de la magdalena de Proust.
Los cuatro angelitos que guardan tu cama no podrán hacer nada para tapar los gritos de tu padre y. además del demonio que temías cuando cerraban la luz del pasillo, otro satanás habitaba en tu casa. Todo eso quedó acortezado en tu subconsciente.
Después alguien te pregunta a quien quieres más , a mamá o a papá, y tú no sabías que contestar. La magdalena de Proust tomaba sabor y consistencia.
Y llegaron las lecciones del catecismo,el miedo al infierno, el rezar mientras te masturbabas para que Dios se apiadase de ti y no te murieras en el acto ( en los dos sentidos de la palabra "acto"). Te enamoras y te ves sucio en tus miradas, y tienes vergüenza. No consigues dominar tus pensamientos.
Rezas, sabes atarte los zapatos, eres de un equipo de fútbol, coleccionas posavasos de puticlús con un amigote malo, vas un club juvenil para desembarazarte de tus padres, llevas una doble vida que no consigues embridar, te escapas al Plata a ver tetas, rezas a la Virgen con angustia, las primeras lágrimas delante de tu madre que te ha cazado regresando a casa a las cuatro de la mañana con 15 años...
Lloras porque estás enamorado. La primera curda de muchas. Un cura te mete mano en un cine. Los castigos del colegio los sábados de cuatro a seis.
Sales al mundo. Barcelona, Lérida, Tarragona, Valladolid, todo atormentado, vives en el desvarío...te enamoras como un perro, vuelves a empezar...se va la persona que más quieres,otra vez solo. Guatemala. Te engañan. Regresas...
La magdalena ya está bizcochada, envuelta y formateada .
Un día, cualquier día, tratarás de desmontar todas las piezas que constituyen tu alma ,y probarás la magdalena y, de repente, ¡pamba!: te será muy difícil separar la razón de la creencia, la educación de raíles que llevas en la memoria, de tu libertad , la voz de tu madre cantándote una nana, de la bronca de tu padre porque eras un vago.
A tus padres, y a toda esa gente que te ha educado en tu vida, le importa nada lo que ese niño que fuiste haga después a lo largo de su vida. Porque están convencidos de que una tarde de tristeza, de melancolía , emergerá todo eso dentro de una magdalena...y al final saben que, aunque medio muerto,volverá el hijo pródigo a casa.
Pero,¡ojo!: en esa casa a la que regresas no siempre está tu padre Dios. A veces el sabor de la magdalena puede confundirte.
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