sábado, 15 de octubre de 2016

LA MIRADA QUE FOTOGRAFÍA

Cuando se llega a mi edad  sin haber logrado tener intereses directos en la comedia humana, ayuda  a aligerar el peso de la vida el hecho de badulaquear por el mundo, por un pequeño rincón del mundo, y distraerse con las cosas más nimias.

Eso hago  al andar zascandileando  por la vida que me toca vivir hoy, ahora, Superadas las ideologías, comienzan   a importarme sobre todo las cosas pequeñas de la vida, que a la larga son las grandes.  Me fascina  la gente, su rostro, su mirada, el  mejor paisaje.

No quiero estar  de vuelta de todo, y me empeño  en estar de ida. Hay un fotografiado  al que le pedí  permiso para hacerle una foto.Llevaba  tatuado hasta un rosario en el cuello. :

- ¡Por supuesto!- respondió.  Aquí donde me ve tengo cincuenta años, cuatro hijos muertos, y una vida muy intensa. 

Cada día es mayor el número de personas que sueñan con  ser felices con lo inasequible. Las personas que se contentan con lo que simplemente tienen, con la materia del pan nuestro de cada día, los materialistas, somos considerados unos infelices. 

Tengo claro que el estado ideal es viajar ligero de equipaje.

Paseo  y  la mirada que fotografía  no hace sangre. Siento un  enorme simpatía por esta vida  que me  ha tocado  vivir.








































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