domingo, 11 de diciembre de 2016

SI NO LO CREO, NO LO VEO.

“He tenido miles de problemas en mi vida. La mayoría de ellos nunca sucedieron en realidad”—Mark Twain.

Es verdad, piénsalo: la mayoría de los problemas que has tenido en tu vida no han existido más que en tu cabeza.

Esa frase describe muy bien lo que viven muchas personas. Los problemas son irreales y sin consistencia , pero siguen estando ahí, muy presentes en su cabezota. Y los sienten y los padecen igualmente. La vida para algunos es un sainete. Divertida, sí, aunque agonizante. Para otros un melodrama. A veces una tragedia.

A la mente le da igual si lo está percibiendo a través de los ojos o si lo está imaginando. Le da igual si lo está oyendo por los oídos o lo está oyendo por el canal auditivo interno. Las sensaciones se siguen sintiendo muy reales. Los problemas están ahí, y aunque sean imaginarios, siguen estando muy vivos. Se sienten igualmente.

Parece que hay gente que ha venido al mundo a sufrir.

Hay personas que viven en una especie de barrera del sonido personal, esa ley que defendía que había un límite físico que impedía que objetos de gran tamaño se desplazaran a velocidad supersónica.

Se demostró falsa.

A lo mejor vives en la “barrera de creencias”. Te han hecho pensar y creer muchas mentiras que das por buenas. Deberías intentas romper esa barrera, al menos plantearte otra manera de ver y de pensar la vida.

Mucha gente dice “Si no lo veo, no lo creo”. Yo ahora sé que funciona al revés: “Si no lo creo, no lo veo”.

Necesitas creer si quieres ver.
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3 comentarios:

  1. La piedra está muerta y enterrada. A ver si ahora vuelves a citar al subnormal de Twain.

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  2. Ayer leí un libro de Victoria Camps titulado Elogio de la duda. Lo he entendido como una duda a los fundamentalismos, que proponen creencias fuertes indiscutibles. La duda nos lleva a relacionarnos y fomenta el diálogo. Las creencias son algo negativo. A partir de ahí se hace un lío cuando dice que "existe un núcleo de 'verdades' cuya puesta en cuestión significa renunciar a los logros conseguidos por la humanidad a lo largo de los siglos" ¿Quién decide qué verdades son esas? Luego dice "Lo que sí es condenable y antidemocrático (?) es que ciertos principios dejen de ser vistos como creencias discutibles y se conviertan en actos de fe".
    En mi opinión todos creemos en algo y nos diferencia la manera de creer. Yo creo en el sentido de que no estoy seguro, pero creo que sí o que no. Pero no estoy seguro.
    Aristóteles tenía razón: no se trata de saber en qué consiste la virtud, se trata de ser virtuoso.

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