Ayer asistí a un bautizo. El niño se llama Borja Pío. Tiene síndrome de down. Una criatura que hace mejores a los que viven con él.
Uno de esos ángeles que dicen " si me quieres querer, quiéreme ahora,no dejes el amor para mañana,porque me moriré".
Estar con chicos así es vivir una aurora continúa. Nunca entrará la tristeza como un tumor por la ventana.En fin, sé que no es fácil de entender. Veo esa criatura y pienso que yo también necesito que me quieran hoy , ahora , porque ando con una herida abierta y estoy desangrándome de ganas.
Saludé a varios conocidos. El cura, don Felipe, un hombre peculiar, diferente, algo pallá, me dice que por qué no hablamos un día de estos. Intercambiamos teléfonos. Hablaremos, aunque hay un abismo entre este sacerdote y yo. Intuyo en él una fe algo histriónica, muy exagerada.
Regreso a casa escuchando a Antonio Vega. Tengo la sensibilidad de los yayos: lloro por tonterías.
Compro un Nacimiento en la plaza.
Al llegar a casa saludo a nuestra Señora de la Gatera. Me hace muy feliz esa advocación.
Por la tarde voy a que me bendiga un sacerdote el Nacimiento. En el monasterio hay un concierto maravilloso de la joven orquesta de sant Cugat.
Por la tarde voy a que me bendiga un sacerdote el Nacimiento. En el monasterio hay un concierto maravilloso de la joven orquesta de sant Cugat.
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