Muchas veces me lamento por lo que no tengo.
Pero ahora lo que más falta me hace no es lo que deseo, sino lo que ya poseo: escuchar esta lluvia que es cosa fina, escribir, ordenar el apartamento donde vivo, y amar esta hora.
Muchas veces usamos de una manera absurda lo que tenemos, la gente que nos acompaña, la vida que podemos disfrutar, y la peor de las privaciones consiste en ese mal uso.
¿Quién necesita más el pan que alimenta, el que tiene hambre o el que lo vomita?
¿Quién está más necesitado de amor:la chica que está esperando que aparezca su príncipe azul, o el vicioso que corrompe todo lo que toca?
¿Quién está más lejos del verdadero Dios: el ateo angustiado por el vacío de un cielo sin respuesta, o el beato que estruja la fe con su corazón como si fuera un amuleto que besa histérico y atormentado?
Me quejo de mi pobreza, y no considero el uso que hago de mi riqueza.
Yo he llegado a la conclusión de que forma parte del proceso de madurez darse cuenta de estas cosas.
ResponderEliminarAhora se representa en Nueva York El Rey Lear. En esta obra el tirano objeto de la adulación de sus hijas es Donald Trump. Ahora bien, si miramos hacia atrás muchos presidentes americanos han sido como Donald Trump, pero lo han disimulado (solo pensar qué hacía Clinton en el despacho OVAL, nunca mejor dicho). Este no, Donald -probablemente inspirado por el pato del que recibe su nombre- hace lo que le da la gana.
Cuando salió la biografía de Jordi Pujol (tres tomos) yo dije: no escribe que fue numerario, ergo todo es falso y no la voy a leer. Y podemos pensar en muchos presidentes de nuestro país y del extranjero.
Los seguidores de aquellos que quieren transmitir una figura impoluta son inmaduros o participan del proceso de manipulación.
No se puede exigir a nadie, no se puede esperar de nadie, algo que no está en la naturaleza humana.