A veces, veo la bondad en otros y no la creo . Es mi biografía llena de fracasos , y de un cinismo que disfraza lo peor de mi mismo,
No me gusta ser así, hacer daño hasta hacerme daño: las lianas de los celos, la envidia , el repudio de la bondad , como un espejo que no quiero reflejarme. Me siento corrompido y sin remedio, y necesito las palmas de tus manos en mis sienes, como una corona.
A veces me odio tanto que te veo distinta. No me parezco ni en corazón ni en alma a quien te amaba hace tan sólo unos años. Ahora me acuerdo de mi entonces y te veo tan hermosa... Quizás es la lejanía.
Pero este espejo también me modifica a mí mismo, y cuando quiero darme cuenta soy otro que desea regresar a ti amando a esa desconocida cuyo nombre es María , que eres de una belleza aldeana , y tiene un cabello largo , y unas grietas en tu boca sonriente que enamoran.
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