Después de tanto darle vueltas, al final resulta que nada importa nada. Desengáñate, este es tu lenitivo para los malos momentos: nada importa nada. Otros lo dijeron de otra forma, “nada te turbe, nada te espante”, por ejemplo.
Eso que tanto te aflige, te agobia , te preocupa, no es nada. Deja pasar un poco de tiempo y verás como se desactiva lo que parecía un problemón.
Muchos de nuestros cosquilleos en la conciencia son el peaje o la multa que pagas a una mala formación recibida. Eres el peero de Pavlov.
Pero sabes bien que no eres un animal domesticado, o lo deberías saber.
Pon toda esa porquería de comida que has comprado, o te han vendido, en la nevera de tu inteligencia, deja que pase el tiempo hasta que caduque, abre el frigorífico, y la tiras a la basura.
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