martes, 11 de abril de 2017

EL NIÑO QUE NO SERÉ.

"Cuéntamelo otra vez, es tan hermoso

que no me canso nunca de escucharlo.

Repíteme otra vez que la pareja

del cuento fue feliz hasta la muerte,

que ella no le fue infiel, que a él ni siquiera

se le ocurrió engañarla. Y no te olvides

de que, a pesar de los problemas,

se seguían besando cada noche.

Cuéntamelo mil veces, por favor:

es la historia más bella que conozco".

Me llegó este poema como llegan las cosas buenas de la vida, sin  esperarlas.

Lo leí por primera vez en el coche casi sin caer en la
cuenta del significado de sus versos.

Volví a releerlo, y me pareció una buena letra para una hermosa canción.

La tercera lectura fue como una oración. 

Algo me inquietó, y no sabría decir si era de la propia estructura de la poesía, del anhelo frustrado que deja caer la autora sobre su propia biografía sentimental...o de mi que, en espejo, me veía también muy lejos de esa “historia más bella que conozco”...que ya nunca podré tener, nunca podré disfrutar, y que no puede ser contada a nadie....porque no he sabido  ser fiel a nadie, ni siquiera a  mi.

Y me eché a llorar en el coche por el niño  que no seré.





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