viernes, 7 de abril de 2017

REDENCIÓN.

Hay tres millones de especies animales,viviendo en las selvas tropicales, y una de ellas, la hormiga de fuego roja, vive bajo tierra, bajo constante amenaza de aniquilación por  inundaciones repentinas.

A la naturaleza no le importa. Si una especie quiere sobrevivir, debe demostrar que lo merece.

Cuando las inundaciones vienen, las hormigas de fuego se unen una a la otra, creando una balsa viviente que puede flotar hasta que el agua baja. Pueden  pasarse  meses, si es necesario. ¿Cómo una especie desarrolla algo así? ¿Instinto? ¿Prueba y error? ¿Hubo una hormiga de fuego que estaba siendo arrastrada por el torrente de agua, y se agarró a otra hormiga, sólo para encontrar que juntas podían flotar?

¿Y si fueras la única que supiera lo que se debe hacer... pero no tuvieses palabras? ¿Cómo haces que los demás te entiendan? ¿Cómo pides ayuda?"

Siete mil millones de personas en un pequeño planeta.Estamos  suspendidos en la inmensidad del espacio, viajando   completamente solos.¿ Cómo le damos sentido a eso es el gran misterio de nuestra frágil existencia?.

Jesucristo  vino a  la  Tierra  y  nos redimió. Dijo de sí mismo  que era el Hijo  de Dios. ¡Qué locura! Gritó  que ese Dios  era  un Padre.  Y  proclamó  que  ya  estamos  salvados. De  hecho  , la  primera  misión  de  la Iglesia consiste en  predicar esa  Buena  Nueva,y  enseñar  al Mundo  que estamos redimidos.

Quizás allí  está  la  clave  de todo. No estamos  solos. Descubrir  ese  Padre  es lo que nos puede  mantener juntos. Se  llama  amor  esa  gracia  que  os  une, necesitados unos de otros de formas insignificantes. Como esas  hormigas  de  fuego ,  creando un maravilloso enredo:  contigo... conmigo, con nosotros.

Y si eso es verdad,  entonces,  vivimos en un mundo donde todo es posible.


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