viernes, 21 de abril de 2017

NECESIDADES TERRIBLEMENTE ANÓNIMAS.

He comprendido una amarga verdad: que  nuestras relaciones con la  gente  que  nos rodea  no comportan casi nada personal.

La mayoría de las veces cuando alguien nos ama lo que busca en nosotros es la satisfacción de su propia necesidad de cariño o de expansión. Y cuando alguien nos  detesta, lo que odia en nosotros es su propia irritación, su amargura interior que nuestra presencia reaviva.

Nada personal.

Cualquier otro en nuestro lugar y en las mismas condiciones sería objeto de idéntica simpatía o rechazo. Es tontería pensar que se nos ama o se nos  detesta por nosotros mismos, atribuyendo  a una elección personal sentimientos de benevolencia o de antipatía que proceden de causas esencialmente anónimas. 

Una mujer se fija en ti , y presumes orgulloso de ser "el elegido de su corazón". Pero no es cierto, no es a ti a quien ama. Todo es puro azar. Y cuando te deje puede que te sientas deliberadamente traicionado; pero no es a ti a quien rechaza entonces, sino a la ceniza inútil de su desamor.

Desengáñate, nuestras acciones parecen proceder de una elección libre, pero la mayoría de las veces provienen de necesidades terriblemente anónimas.

Las tuyas y las mías también. 

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