¿No te ha sucedido una sola vez en la vida que hayas aceptado y bendecido con todo tu corazón a una persona, un instante, una cosa, un fragmento del destino, una suerte caída en gracia por el destino, como una lotería inesperada, una sola gota del tiempo, una flor ebria de rocío, la gloria de un crepúsculo, la dulzura de un rostro amado?
Si eso te ha sucedido tienes que aceptar y bendecir todo lo que existe, hasta la mediocridad, el mal.
No puedes esquivar las espinas cuando quieres la flor, ni la lluvia cuando se quiere al sol, ni las sombras si buscas la luz...
Y, lo más importante, la humanidad cuando se quiere a un solo individuo.
Porque todas estas cosas se llaman las unas a las otras en un intercambio eterno y misterioso.
Esa actitud es la que se necesita para la gracia: no decir que no a nada (cuantas negaciones!!!); mejor: decir que sí a todo.
ResponderEliminarLa gracia es gratis, pero necesita de una actitud hacia la vida (lo de la tierra buena y la semilla).
Una actitud sin acritud: positiva, en búsqueda constante, trascendental, exocéntrica...
(estoy releyendo el libro Del Cero al Infinito, me recuerda a muchas cosas del Betis y de los nuevo partidos, pensar que lo leí hace tiempo y entendí otra cosa: el mismo significante y otro significado).
Yo guardo todas las fotos que hago: las tengo en un disco duro clasificadas por años, meses, y días. Mirando las fotografías de hace unos años (casi todas por el móvil) me imagino mis estados de ánimo de entonces. A veces me dan escalofríos: vivo de milagro, pienso.