Hay personas que rompen el principio de Arquímedes: unas lo rompen por exceso porque desalojan socialmente mucho más de lo que pesan y merecen. Pensaba poner varios ejemplos , pero , ¡quiá!, yo soy uno de ellos.
Otras lo rompen por defecto porque su peso artístico, intelectual ,científico o espiritual , es muy superior a la escasa fama que desplazan. Mi amigo Joaquín pertenece a esta segunda clase exquisita de gente singular. Sumergido en la bañera de Arquímedes no derramaría ni una gota de agua. Es un enfermo de más de dos décadas de Esclerosis múltiple, la mayoría de ellas en silla de ruedas y hoy postrado en una cama.
La felicidad puede tener muchos rostros, pero es en el del amor donde siempre se refleja. Personas como Joaquín actúan como catalizadores en esta sociedad. El catalizador en una pieza que está en los coches ubicada en la zona del tubo de escape. Gracias al catalizador, es posible reducir en más de un setenta por ciento la emisión de gases dañinos como el monóxido de carbono.. De esa manera se logra que se vuelvan inofensivos para el ser humano.
Así actúan sobre nosotros algunas personas enfermas.
Así actúan sobre nosotros algunas personas enfermas.
Estoy leyendo un libro de Bertrand Russell en el que defiende que es el poder (fuerza implícita en los caudillos, explícita en los secuaces).
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