Cada órgano de nuestro cuerpo es una bomba de relojería unida a un temporizador increíblemente sensible, que no estalla gracias al prodigio de la fisiología.
Cuando tenemos salud todo funciona, no problemo, pero basta un dolor de cabeza, un pinchazo en el dedo, un ataque de gota, y dejamos de ser uno para dolernos todo.
En ese sentido, vivir es un milagro. A veces me pregunto por qué razón el corazón no estalla y nos vamos a fundido en negro
La Tierra gira alrededor del Sol y está sometida a una atracción de gravedades cuyo rigor impide que nos perdamos por la Vía Láctea y más allá.
Hay más milagros , por ejemplo, que en este mundo cada planta y cada insecto tenga un nombre, y que fecunden aprovechándose unos de otros. , que Goya haya pintado las paredes de la Quinta del Sordo, o Rembrandt el Hijo pródigo, cualquiera de las sonatas de Bach, alguna balada de Bruce, o que todavía existan lagos y ríos que bajan de los glaciares .
Pese a esto, hay gente que necesita más milagros. Se van en peregrinación muy lejos a escuchar a videntes y ver endemoniados que se suben a las paredes entre gritos blasfemos, o se arrodillan en una tanda de penaltis en la final de un mundial, o piden cerrar un negocio y acuerdan con el santo benefactor entregar la mitad de los beneficios a la institución fundada (después de impuestos)
Hay más milagros: aceptar que tu hijo es homosexual, o no humillar a tu marido y abroncarlo en público, no ser un un cascarrabias con el débil, o cualquiera de las obras de misericordia que puedes hacer hoy.
Un milagro es nacer enfermo y ser recibido como una bendición con esa enfermedad. Los sanos, cuando llueve , nos vamos a refugio, pero la enfermedad ya es una tormenta y entonces hay que aprender a bailar bajo la lluvia.
Un milagro es nacer enfermo y ser recibido como una bendición con esa enfermedad. Los sanos, cuando llueve , nos vamos a refugio, pero la enfermedad ya es una tormenta y entonces hay que aprender a bailar bajo la lluvia.
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