Cuesta enfadarse cuando hay tanta belleza en el mundo.
A veces me sucede que siento como si la contemplase toda a la vez y me abruma. Mi corazón se hincha como un globo que está a punto de estallar.
En esos momentos acostumbro a pensar en Manuela,o en personas con las que me gustaría compartir ese estado. Me las imagino y una lluvia de luz y gracia me invade.
No siento otra cosa que gratitud por cada instante de mi estúpida e insignificante vida. ¡Me considero tan afortunado!
Tal vez no tienes ni idea de lo que te hablo , seguro, pero no te preocupes, algún día sabrás de qué escribo. Nos pasa a muchos.
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