miércoles, 15 de marzo de 2017

LA PARED

El tiempo no existe. Lo hemos inventado  nosotros para decir  ayer, ahora, luego, mañana , y medir  las vueltas  que damos alrededor del sol.

La vida  sólo son las cosas que te pasan, por eso pasa tan deprisa cuando a uno ya no le pasa nada. He visto morir a varias  personas. Todas  las muertes  se parecen mucho  porque en ellas el tiempo parece  que no importa. Un día la luz dorada de la tarde se demora en la pared de enfrente y apenas te des cuenta tu alma vuela , deja la crisálida  que durante un tiempo hiló tu vida, y  ahí  te  quedas.

Ajenos a ti se  sembrarán los  campos  y en la ciudad la gente hará cola  en la parada del autobús. Ahora eres tú quien   va hilando esa crisálida. Una mañana , camino del trabajo, todas  tus feromonas  saltarán por los aires cuando te cruces en la acera con un cuerpo juvenil que hasta  los perros  y   los  gatos  se  den la vuelta para  verla. Y un mediodía  de  oro   te sentarás en una terraza y   sentirás  que  estás  en el meridiano justo y exacto de tu vida. Al  atardecer   te sorprenderás a ti mismo rodeado de nietos  que te han endilgado   para cumplir con el rito de Navidad, Reyes, o lo que toque. Por la noche, será la señal de que ha pasado un año  más  del  recuerdo de unos villancicos  que no podrás distinguir de los del año pasado.

Tu mujer  ya  no es  la madre de  tus hijos  de la  que te separaste no recuerdas  hace cuanto tiempo.  Dos  de tus  hijos  se  han separado, y  no  reconoces a  tus nueras. Una tarde descubrirás que la pared de enfrente oscurece antes de hora. 

Enseguida volverán otras  siembras, otros escaparates, más anuncios  de queremos ser tu banco. Ya no   te giras  para mirar un cuerpo bonito. La monotonía hace que los días resbalen sobre la vida a una velocidad increíble sin dejar una huella. 

Los inviernos de la niñez, los veranos de la adolescencia eran maravillosos e intensos  porque cada día estrenabas  la vida  y con ella te abrías camino en la vida cuesta arriba contra el tiempo. 

En forma de aventura  estrenabas el mundo cada mañana al levantarte de la cama.Por eso te enamoraste de esa  mujer. ¿Te  acuerdas?: una  persona  sonríe a  otra  por la calle, y aquel día los dioses  estaban con nosotros, y echaron  los  dados como había  que echarlos, y aquella sonrisa te  cambió la  vida  para  siempre...

 Por eso entregaste tu vida  a  un ideal, por eso rezaste, y por eso ahora sabes  que no existe otro remedio conocido para que el tiempo discurra muy despacio sin que te  deje  huella  que vivir a cualquier edad pasiones nuevas, experiencias , cambios imprevistos en la rutina diaria. 

Un consejo:  vive  con ojos de chaval esta vida  que te queda, tengas  la edad  que tengas:  esa pared  no te  dará miedo..




2 comentarios:

  1. Pues sí, impresiona ver qué rápido nos olvidamos de los que mueren. Esas personas quedan en el recuerdo de uno o dos supervivientes, no más.
    Yo distingo vida y existencia. La existencia es para siempre y la muerte la culminación de la vida, que es limitada.

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  2. Pedazo de foto con esa mirada de Manuela. Un abrazo fuerte.

    Fdo. ex bético, ahora sevillista

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