El tiempo no existe. Lo hemos inventado nosotros para decir ayer, ahora, luego, mañana , y medir las vueltas que damos alrededor del sol.
La vida sólo son las cosas que te pasan, por eso pasa tan deprisa cuando a uno ya no le pasa nada. He visto morir a varias personas. Todas las muertes se parecen mucho porque en ellas el tiempo parece que no importa. Un día la luz dorada de la tarde se demora en la pared de enfrente y apenas te des cuenta tu alma vuela , deja la crisálida que durante un tiempo hiló tu vida, y ahí te quedas.
Ajenos a ti se sembrarán los campos y en la ciudad la gente hará cola en la parada del autobús. Ahora eres tú quien va hilando esa crisálida. Una mañana , camino del trabajo, todas tus feromonas saltarán por los aires cuando te cruces en la acera con un cuerpo juvenil que hasta los perros y los gatos se den la vuelta para verla. Y un mediodía de oro te sentarás en una terraza y sentirás que estás en el meridiano justo y exacto de tu vida. Al atardecer te sorprenderás a ti mismo rodeado de nietos que te han endilgado para cumplir con el rito de Navidad, Reyes, o lo que toque. Por la noche, será la señal de que ha pasado un año más del recuerdo de unos villancicos que no podrás distinguir de los del año pasado.
Tu mujer ya no es la madre de tus hijos de la que te separaste no recuerdas hace cuanto tiempo. Dos de tus hijos se han separado, y no reconoces a tus nueras. Una tarde descubrirás que la pared de enfrente oscurece antes de hora.
Enseguida volverán otras siembras, otros escaparates, más anuncios de queremos ser tu banco. Ya no te giras para mirar un cuerpo bonito. La monotonía hace que los días resbalen sobre la vida a una velocidad increíble sin dejar una huella.
Los inviernos de la niñez, los veranos de la adolescencia eran maravillosos e intensos porque cada día estrenabas la vida y con ella te abrías camino en la vida cuesta arriba contra el tiempo.
En forma de aventura estrenabas el mundo cada mañana al levantarte de la cama.Por eso te enamoraste de esa mujer. ¿Te acuerdas?: una persona sonríe a otra por la calle, y aquel día los dioses estaban con nosotros, y echaron los dados como había que echarlos, y aquella sonrisa te cambió la vida para siempre...
Por eso entregaste tu vida a un ideal, por eso rezaste, y por eso ahora sabes que no existe otro remedio conocido para que el tiempo discurra muy despacio sin que te deje huella que vivir a cualquier edad pasiones nuevas, experiencias , cambios imprevistos en la rutina diaria.
Por eso entregaste tu vida a un ideal, por eso rezaste, y por eso ahora sabes que no existe otro remedio conocido para que el tiempo discurra muy despacio sin que te deje huella que vivir a cualquier edad pasiones nuevas, experiencias , cambios imprevistos en la rutina diaria.
Pues sí, impresiona ver qué rápido nos olvidamos de los que mueren. Esas personas quedan en el recuerdo de uno o dos supervivientes, no más.
ResponderEliminarYo distingo vida y existencia. La existencia es para siempre y la muerte la culminación de la vida, que es limitada.
Pedazo de foto con esa mirada de Manuela. Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarFdo. ex bético, ahora sevillista