He llegado a la conclusión de que soy mi propia ONG .
Parece que una parte de mi cuerpo y de mi espíritu han sido abandonados a la vera del camino . Soy idéntico a cualquier individuo humillado del Tercer Mundo. La ayuda urgente que necesito sólo puede prestármela esa otra parte interior de mi mismo que aún sabe amar a cambio de nada.
Hoy son plaga los jóvenes que buscan un lugar para echar una mano y darse a una aventura solidaria. A veces entorpecen la labor de médicos y misioneros, pero para ellos es un método de salvación personal. Mucha gente dona en varias ONG y así su conciencia queda a salvo sin salir de casa, pero si se examinan por dentro descubren que también son refugiados de sí mismos .
Pronto me dispondré a dar mi particular vuelta al mundo para desprenderme por el camino de lo peor de mi: la vanidad, los miedos que arrastro desde mi infancia, esa enfermiza compasión que tengo de mi , y esta destrucción que siento abrirse en mí otra mitad, que necesita socorrerme, vacunarme de tantas cosas que no vienen a cuento.
De este modo hoy mismo pienso llevar en camilla a mi parte destruida a esa mesa comedor de casa donde me escondía para inventar historias imaginadas, y después iré con ella a andar a la Collserola , donde pasearé tan feliz y tan campante, y luego viajaré muy lejos al otro lado del Atlántico, y finalmente, allí, a la caída de la tarde, escucharé canciones de Amancio Prada mientras leo los versos más ebrios de Bukowski
Sin moverme de esa casa más allá del mundo , puede que a las tres de la madrugada obligue a mi parte destrozada a soñar con que se encuentra abrazado a ella, como el naufrago que soy.
Magnífico.
ResponderEliminarParece ser que los "fóbicos" huimos. Quizá sea eso, un destino de esa huida.