lunes, 13 de marzo de 2017

FLORES EN LAS RUINAS

Una de las formas más altas de amar consiste en permanecer fieles a las personas y cosas que no han sabido traernos la felicidad. En  jamás  renegar  de  aquella  parte  de  nosotros  mismos comprometida  un día en  causas  hoy  desaparecidas, o  en  empresas  que  fueron abandonadas

Más : permanecer, al menos en el secreto, agradecidos a todo lo que un día amamos y luego nos ha destrozado.

Sufriremos  más, pero será  un sufrimiento sin  poso  de amargura.

No  estoy  seguro  , pero  quizás  también de esa  fidelidad a  las  ruinas  de nuestra  ternura abatida, de  nuestras  ingenuidades, de las  insensateces  que  obramos, o de  nuestra  mala  cabeza, renacerá un  nuevo  amor, una  nueva  alegría :  nada  podrá  ser  reconstruido, pero  florecerán  las  ruinas.

Para  mi  es  el último  recurso  que  se  me  ocurre: ¡tengo tantas  cuentas pendientes  y asuntos   de  los que  mejor  no hablar!.   Soy efímero, de  fidelidades que  cambio  por  nada,   y  que  me  han arrebatado  tantas  cosas. Y  sólo se  me  ocurre  sembrar  flores  en las  ruinas.

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